martes, 24 de abril de 2012

NECESITO FUERZAS

“…No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová
  es vuestra fuerza”. Nehemías 8:10b

El término fuerza se usa comúnmente para referirse a la capacidad física para hacer un trabajo o un movimiento, a la causa capaz de modificar el estado de reposo o movimiento de un cuerpo, a la capacidad moral para hacer algo o soportar un sufrimiento o a la capacidad de una cosa para sostener un cuerpo o resistir un empuje.
Cuántas veces nos sentimos sin fuerzas en nuestra vida! sean físicas, emocionales o espirituales, sentimos que ya no podemos resistir un peso mayor sobre nosotros. Últimamente he escuchado más a menudo a personas, diciendo: “siento que ya no me quedan fuerzas, ya no puedo más,” etc.… y la presión es aún mayor sobre los hombres cuando se sienten obligados a "ser los fuertes", pero como seres humanos debemos reconocer nuestra debilidad. Desgraciadamente muchas veces caemos en tratar de buscar las fuerzas en fuentes equivocadas, algunos buscando estímulos en la comida, los dulces, ejercicio compulsivo, vanidad, compras o escapes a través del alcohol, las drogas, relaciones ilícitas, escondiéndonos detrás del orgullo y la soberbia etc.

Sabes, la biblia afirma que nuestra fuerza es el GOZO del Señor, entonces nos preguntaremos: cómo quiere que tenga gozo cuando estoy pasando esta situación difícil en mi vida?... Pero ese gozo del cual El nos habla no es meramente “alegría” pues ésta es pasajera y muchas veces superficial, pero el gozo es más allá, es un deleite que sientes al entregarle a Dios todas tus cargas, tus preocupaciones y descansar en El, esperar en El con un alivio tal que te lleva incluso a entonar cantos de alabanza, de gratitud y adoración al Señor, porque sabes que aunque tus problemas siguen ahí, El se va a encargar y no hay NADA imposible para Él.

Salmos 138:3: “Cuando te llamé, me respondiste; me infundiste ánimo y renovaste mis fuerzas.”

Cuando decides soltar tus cargas en oración y comienzas a cantar, sientes como poco a poco las fuerzas van entrando de nuevo a tu vida, a todo tu ser, como lo haría una jeringa depositando un medicamento, pero lo más hermoso es que ese gozo se te refleja en el rostro y contagia todo tu ambiente y tu hogar. Ahí es donde logras entender el significado de un famoso canto que habla de paz en medio de la tormenta… eso te lo da la confianza de saber que no importa lo que pase, tu Padre está al control.

Si te has estado sintiendo sin fuerzas te invito a apartarte de lo que estás haciendo, cierra tus ojos y en una oración completamente sincera suelta tus cargas en las manos de Dios, Él se encargará de ellas y hará su perfecta voluntad; luego trata de entonar un canto con toda la gratitud de tu corazón.

Salmos 28:7: “El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias”.
Isaías 40:29: “Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil”.

viernes, 20 de abril de 2012

QUE QUIERES QUE HAGA?
“El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”. Hechos 9:6

“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.” Marcos 10:51

Hay una pregunta común en estos 2 pasajes de las Escrituras, la primera la hace Pablo al haber tenido un encuentro personal con Cristo en el camino Damasco y meditando en esta palabra nos damos cuenta que cuando una persona verdaderamente ha conocido a Cristo y puede contemplar su grandeza y reconocer que El es Dios, su redentor y salvador, entonces lo primero que debería saltar en nuestro corazón es esta misma pregunta.
Cada vez que leemos acerca del sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario ó vemos las imágenes salidas de películas (que todavía no llegan a plasmar del todo la realidad de ese cruel acontecimiento) nuestro corazón se estremece de coraje por la crueldad y sufrimiento de El, pero tambien de amor y gratitud a ese Dios hecho hombre que fué como cordero al matadero por amor a nosotros, entonces cómo no hacernos la pregunta: Señor, qué quieres que yo haga?
Ahora desde el otro lado de la moneda: en el pasaje del Evangelio de Marcos que mencionamos al inicio, es Jesús haciendo la pregunta a un ciego; piensa por un momento que Jesús esta frente a ti hoy haciéndote la misma pregunta, qué le pedirías? Estoy seguro que vendrán muchas respuestas, entonces escogerías la que en este momento tenga mayor relevancia o urgencia para ti y lo pedirías. El ciego sabía que si tenía visión entonces toda su vida sería distinta. No crees que muchos de nosotros lo que necesitamos realmente es pedir también visión y todo lo demás cambiaría a nuestro alrededor al recibir esa visión.
La misma pregunta desde distintos emisores. Si lo meditamos probablemente lleguemos a la conclusión que es más fácil responderle a Jesús con una gran cantidad de peticiones que hacerle por parte nuestra esa misma pregunta y estar dispuestos a obedecerlo y dar lo mejor en lo que nos pida hacer. Lo que muchos no se han dado cuenta es que cuando tú le preguntas a él: Señor qué quieres que yo haga? Él siempre estará pronto a responderte: hijo qué quieres que Yo te haga?.
Si haz estado sintiendo el llamado a servirle en algun ministerio y tu mismo te haz estado descalificando o posponiendo, o talvez ya lo sirves pero deseas hacerlo con mayor excelencia, no por costumbre, entonces cierra tus ojos y pidele a Jesús, con toda seguridad El comenzará a usarte como nunca imaginaste y todo lo demás vendrá por añadidura...