“El,
temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué
quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y
se te dirá lo que debes hacer”. Hechos 9:6
“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le
dijo: Maestro, que recobre la vista.” Marcos 10:51
Hay
una pregunta común en estos 2 pasajes de las Escrituras, la primera la hace
Pablo al haber tenido un encuentro personal con Cristo en el camino Damasco y
meditando en esta palabra nos damos cuenta que cuando una persona verdaderamente ha conocido a Cristo y puede contemplar su
grandeza y reconocer que El es Dios, su redentor y salvador, entonces lo primero
que debería saltar en nuestro corazón es esta misma
pregunta.
Cada
vez que leemos acerca del sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario ó vemos las
imágenes salidas de películas (que todavía no llegan a plasmar del todo la
realidad de ese cruel acontecimiento) nuestro
corazón se estremece de coraje por la crueldad y sufrimiento de El, pero tambien de amor y gratitud a ese Dios hecho hombre
que fué como cordero al matadero por amor a nosotros, entonces cómo no hacernos
la pregunta: Señor, qué quieres que yo haga?
Ahora desde el otro lado de la moneda: en el pasaje del Evangelio de Marcos que mencionamos al inicio, es Jesús haciendo la pregunta
a un ciego; piensa por un momento que Jesús esta frente a ti hoy haciéndote la
misma pregunta, qué le pedirías? Estoy seguro que vendrán muchas respuestas,
entonces escogerías la que en este momento tenga mayor relevancia o urgencia
para ti y lo pedirías. El ciego sabía que si tenía visión entonces toda su vida
sería distinta. No crees que muchos de nosotros lo que necesitamos realmente es
pedir también visión y todo lo demás cambiaría a nuestro alrededor al recibir
esa visión.
La
misma pregunta desde distintos emisores. Si lo meditamos probablemente lleguemos
a la conclusión que es más fácil responderle a Jesús con una gran cantidad de
peticiones que hacerle por parte nuestra esa misma pregunta y estar dispuestos a
obedecerlo y dar lo mejor en lo que nos pida hacer. Lo que muchos no se han dado cuenta es que
cuando tú le preguntas a él: Señor qué quieres que yo haga? Él siempre estará
pronto a responderte: hijo qué quieres que Yo te haga?.
Si haz estado sintiendo el llamado a servirle en algun ministerio y tu mismo te haz estado descalificando o posponiendo, o talvez ya lo sirves pero deseas hacerlo con mayor excelencia, no por costumbre, entonces cierra tus ojos y pidele a Jesús, con toda seguridad El comenzará a usarte como nunca imaginaste y todo lo demás vendrá por añadidura...
No hay comentarios:
Publicar un comentario